VENTANA AL PASADO: Historia de Sonora

WINDOW TO THE PAST: History of Sonora

La siguiente columna fue publicada por el periódico El Imparcial el viernes 8 de octubre de 1937 en la PAGINA EDITORIAL, y es una ventana al pasado sobre lo que se ha escrito sobre nosotros los Opatas y otras naciones indígenas de la región:

HISTORIA DE SONORA

Por el Dr. Arego

Un artículo del Prof. Manuel Sandomingo, en "La Opinion," septiembre 24 motiva estas líneas.

Se titula "La Tribu Opata" y dice: ". . . en 1931 no había un solo opata que pudiera explicarse en su lengua, pudiendo asegurar, que ha dejado de existir como grupo étnico ... en Sonora, los primeros españoles sorprendieron indios que envenenaban un charco de agua para venados, hacer provisión de pieles y vestidos de invierno, según Gomara."

Sin polémica, nos va a perdonar el Prof. Sandomingo la advertencia: La tribu no ha dejado de existir como grupo étnico. Aquí, en Arizona hay miles de opatas, pueblos y rancherías que hablan su dialecto y lo escriben: en Florence, Zacaton y Coolidge.

Que "envenenaban un charco" es tan fantástico como lo de que Sonora debe su nombre a que los indios no podían con la palabra—señora—por carecer de ñ su idioma. La ñ, tal y como suena en castellano. es gala de los dialectos. "Baijqui zuñi" la última de las tres llamadas a MISA. Hay la tribu "zuñi" y la palabra significa también campana, sonido.

Ninguna tribu, ni los apaches envenenaban charcos, ni para fieras, mucho menos para matar venados.

La agua, don del GRAN ESPIRITU, Dios, les es sagrada. Su comida y su agua, podemos tomarlas sin temor alguno, no importa la tribu. Envenenaban sus flechas contra un enemigo tenaz, mas no para cazar. No dejan un venado ni animal herido en el campo; por ley, bajo penas muy severas. Si los SERIS llegaron a matar gente blanca, fue que dejaban venados heridos. En el tiempo de la preñez, no matan hembras. En le mes de agosto, tienen su "fiesta del venado" barbacoa de todos los que pueden capturar, con arte, corriéndolo a pie, o a pedradas, sin disparar un tiro. Tanto así cuidan la caza.

Los años que la parición es escasa, ellos conocen ciertas hierbas que le ponen a las aguas para atraer al venado; y otras para curar el vientre de las hembras y obtener crías, con arte. Esto quizás vio Gomara y los indios le dijeron—veneno—para correrlo. sus leyes de caza son muy duras y bien observadas.

A la llegada de los españoles, todas las tribus conocían mucho de las leyes de Moises y todavía muchos indios no comen de las carnes prohibidas, ni de cerdo, ni visten una piel de animal envenenado. Tenían un trasunto de los Evangelios y por tradición, esperaban a los conquistadores. Así aceptaron a aquellos Santos Misioneros a cuya devoción se debió la conquista, más que a las armas aventureras. Dígalo si no, aquel rasgo asombroso de nobleza aborigen: los indios victoriosos, iniciaron tratados de paz con el valiente Hurdaide para darle comida a sus aguerridas legiones derrotadas y salvarlas de ir a perecer . . .!

Ay . . . y que lección tan dolorosa recibieron los incautos indios a cambio de tamaño acto de nobleza y heroísmo inaudito . . .! Nada menos que la proditoria matanza de OTANCAHUI, bautizado el lugar con este nombre que significa "donde blanquean los huesos como la sal" por los indios, como un triste imborrable recuerdo . . . !

Y les acusamos felonía cuando no les hemos dado otras lecciones . . .! Eterna- mente siempre hemos sido nosotros los primeros en quebrantar los tratados de paz!

Hay en Arizona el "Cañón Jeroglífico" con millones y millones de signos en cantiles y basaltos, que, según algunos sabios, datan hasta de 40 mil años. Nos parece exagerada la data. Y allí, la "Newspaper Rock" así llamada por la regularidad y simetría de sus escrituras, como columnas impresas, ante las que se han estrellado los más notables arqueólogos y hombres de ciencia. sin descifrar lo más mínimo de tan remota civilización, ni barruntar siquiera sus finalidades y conflictos, hasta quizás con muy distinta configuración y geografía física.

Para nos, ello no es sino su Código, su Ley Fundamental, que lo era su HISTORIA, para ellos sagrada; a la que estaban ligados reyes y vasallos; dominadores y tributarios. Allí están registrados los signos de todas las tribus, inclusos los SERIS de Sonora. Pronto aparecerá "Casa Grande" construcción opata, hoy en ruinas en Arizona. Y aparte "Jose Rafael Campoy, un Gran Sonorense" pleclaro precursor de nuestra Independencia.

Conocemos a Bancroft, Velázquez y otros, pero no hemos leído la historia de los Seris, por ellos mismos; triste y dolorosa narración trazada en las rocas y cantiles del litoral, desde Isla Tiburón al delta del Rio Colorado. Habla de la depredación blanca en sus desolados dominios. De una odisea prodigiosa desde lejanos países ignorados; por caminos imposibles a través de regiones hoy desaparecidas. Sucio y degradado hasta lo increíble, él y su choza apestan a pescado y cuero apolillado, más triste y meditabundo, conserva la leyenda de un pasado mejor. Víctima sempiterna, los rancheros del contorno, más culpables que él, claman al gobierno pidiendo el extermino de la tribu cuando les matan una res robada! Y el SERI se extingue a pasos agigantados—deliberadamente suicida— dice un escritor americano que la estudió—consumida por la tisis tribal inexorable — agrega. Solo hay un medio de salvarla — decimos nosotros: la Iglesia, por medio de misioneros católicos.

Iletrado el indio, nos lleva muchos puntos, con el alfabeto de la idea, abierto para él el libro de la naturaleza que nosotros ni siquiera deletreamos, insensatos. En Caborca, Sonora, es notorio, cómo un indio puso fuego a la casa que ocupaban los filibusteros en 1857, con flechas incendiarias, disparadas por parábola de detrás del templo, lo que determino el triunfo! Oh . . . Dios, que revelas estas cosas al iletrado humilde, ocultas a sabios y entendidos!

Si no hay reflexión, un poco de más exactitud, en términos de justicia, para no lastimarnos nosotros mismos: Sonora seguirá sin HISTORIA . . .

Dr. AREGO.
Glendale, Ariz.

Encontrar esta pieza de historia no hubiera sido posible sin el repositorio digital abierto “Arizona Memory Project”.

Referencias
-Gomara: Francisco López de Gómara
-Hurdaide: Captian Hurdaide (1616s).

opataedgar

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